Las ciudades en general, y en particular las de larga trayectoria histórica como Córdoba, funcionan como grandes acumuladores en los que las vivencias y las huellas que el hombre deja sobre ellas, se superponen, conformando un todo unitario en el que es posible ver de un modo simultáneo diferentes periodos. Proponemos incorporar una capa capaz de ser reformulada atendiendo a las necesidades que sus usos demanden, consciente de su condición programática flexible y temporal.
Al mismo tiempo la propuesta se plantea como un lugar de intercambio, de encuentro, de tregua y descanso que permita sentir el espacio urbano como un oasis donde realizar una parada, un lugar que nos libere del acelerado ritmo vital al que obliga la vida contemporánea. La ubicación muy cercana a la estación ferroviaria del tren de alta velocidad AVE, permite aprovechar este vacío urbano como una oportunidad única, confiriéndole el carácter y la escala necesarias para que asuma su condición de nuevo foco de interés no sólo local, es decir circunscrito al barrio, sino como polo de atracción ciudadano en relación con la ciudad en su totalidad.
El reto por lo tanto será el de poder dar una respuesta doble que permita al mismo tiempo resolver la escala urbana y la humana, aquella más cercana al contacto mismo con la arquitectura. Se ha optado por una solución que permita una gran multiplicidad de usos, teniendo en cuenta lo variado y temporal de los mismos. La tercera condición a cumplir, la de ofrecer un espacio cubierto, protegido de las inclemencias del tiempo, ha proporcionado un nuevo condicionante para establecer el sistema de la propuesta.
Se plantea por tanto una solución a base de elementos circulares prefabricados que varían en altura y diámetro y que ordenados de un modo flexible permiten una visión similar a la de un bosque urbano de sombras. De este modo queda preservada otra condición programática la de evitar el cierre de lo construido permitiendo una permeabilidad máxima a cota de peatón. Además de proporcionar sombra o proteger de la lluvia los elementos prefabricados se han diseñado como un sistema completo capaz de resolver otra serie de funciones a modo de mobiliario urbano, pueden convertirse en escenarios al aire libre, areneros para niños, láminas de agua, construcciones con cerramiento como la cafetería los almacenes de sillas para organizar eventos, y por supuesto como cubriciones para mercado temporal.
Se han valorado igualmente los otros puntos de vista desde los que es vista la actuación, tanto desde las construcciones existentes como desde el puente sobre las vías, así como desde el propio Vial Norte, todas ellas a vista de pájaro.
La posición como protectores aéreos resuelve igualmente la iluminación artificial en el mismo elemento y permiten la evacuación del agua en su interior posibilitando su canalización hasta las zonas verdes para aprovechar al máximo energéticamente sus condiciones geométricas. La disposición en diferentes alturas y diámetros así como la posibilidad de dar distintos colores y texturas a sus superficies permite la valoración de comportamientos diferentes frente a la luz y a los movimientos del aire entre las piezas.
Se piensa por tanto en un sistema en el que las estrategias vayan generando la formalización de lo construido dando una solución unitaria a variadas y superpuestas escalas de acercamiento. Esto permite que las modificaciones y adaptaciones, siempre necesarias en este tipo de procesos, tengan cabida desde el principio, desde la concepción misma de la propuesta. Las nuevas necesidades y datos han permitido un mejor ajuste del proyecto sin que su coherencia como estrategia general se haya visto afectada.Una flexibilidad entendida por tanto desde la capacidad potencial para acomodar diferentes requerimientos y no desde la confianza en el movimiento de las piezas arquitectónicas.
Nota original en PLATAFORMA ARQUITECTURA