La ciudad de Buenos Aires lucirá como Chicago, Tokio o San Pablo. O se verá, tal vez, como Babilonia con sus jardines colgantes. La Capital adoptará una tendencia mundial que comenzó con la movida ecológica en los años 60: desarrollará terrazas verdes ( green roofs ) para combatir la isla de calor que generan los edificios y para colaborar en la lucha contra el cambio climático.
Las primeras iniciativas estarán en edificios públicos porteños. En rigor, en uno de ellos, donde funciona el Centro de Gestión y Participación Comunal (CGPC) N° 2, en José E. Uriburu 1022, Recoleta, hay una desde principios de este año.
Se trata del proyecto realizado por el estudio de arquitectura Leder-Denegri, que se adjudicó un concurso convocado por la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad (APRA). "La conquista del desierto urbano" se denominó la iniciativa oficial que pretende recuperar espacios construyendo jardines en los techos de terrazas vacías de viviendas unifamiliares y comercios.
Cabe recordar que la OMS recomienda contar, como mínimo con diez metros cuadrados de espacio verde por habitante y la ciudad de Buenos Aires sólo tiene dos.
"Estamos convencidos de que el sector público tiene que ser pionero en implementar propuestas que mejoren la calidad ambiental de nuestra ciudad y de sus habitantes. En ese sentido, esta sede comunal se enorgullece de haber sido parte de esta experiencia", opinó Facundo Carrillo, director del CGPC N° 2.
El edificio también cuenta con un colector solar para dar temperatura al agua y con recuperadores de agua de los acondicionadores de aire, con la que se riegan las plantas de las terrazas.
El arquitecto Jorge Leder explicó a LA NACION: "La ciudad tiene unos 130.000 edificios cuyas terrazas, en su mayoría, se encuentran vacías, cuando deberían ser, por su exposición al sol y otras variables climáticas, la llave para construir nuevos paradigmas urbanos".