Arquitectos: ACXT
Ubicación: Bilbao, España
Jefe de proyecto: Elena Varillas, Javier Durán, Ingenieros de Caminos
Equipo: César Azcárate, Ana Morón, Xabier Aparicio, Carlos Guimaraes
Estructura: Javier Duran
Ingeniería eléctrica: Alvaro Gutierrez
Iluminación: Antón Aman (ALS Lighting)
Fotografía: Aitor Ortiz
Estado anterior
Los barrios de Txurdínaga y Otxarcoaga se encuentran en el distrito 3 de Bilbao, uno de los distritos periféricos de la ciudad.
Su desarrollo corresponde con el crecimiento de la posguerra en cuando se construyó una gran cantidad de viviendas obreras en las faldas de los montes que rodean la ciudad, con un escaso nivel de urbanización e infraestructuras.
Fruto de este crecimiento desordenado y poco urbanizado, el talud de roca de la avenida de Jesús Galíndez aparece como un espacio de territorio atrapado dentro de la ciudad y se mantiene hasta hoy como una fractura física y social de la misma.
En un momento en el que se han realizado importantes mejoras en urbanas en el centro de Bilbao, el Ayuntamiento acomete una serie de intervenciones en los distritos periféricos con el objetivo de:
Mejorar las condiciones del espacio urbano de los distritos de la periferia
Eliminar barreras físicas y mejorar la accesibilidad de estos puntos situados casi siempre en lugres de fuerte pendiente
Eliminar barreras sociales y mejorar las condiciones de estas zonas para acercarlas al nivel de calidad urbana del centro de la ciudad
En estas claves se enmarca nuestra actuación de rehabilitación del talud de la Avenida Jesús Galindez.
El lugar antes de la intervención es un talud de roca de 18 m de desnivel,
con problemas de estabilidad que produce constantes desprendimientos,
que supone una barrera física entre los dos barrios salvada sólo por una escalera metálica de reducidas dimensiones en mal estado
que supone una barrera social, aislando del resto de la ciudad al barrio de Otxarcoaga, un barrio que presenta problemas de integración.
Objeto de la intervención
Consolidar el talud
Recuperar para la ciudad este espacio en desuso que funciona como barrera física y como elemento desintegrador.
Descripción de la intervención
Proponemos:
Modelar el talud utilizando planos inclinados de distintos materiales que muestran su carácter físico de topografía extraña a la ciudad
Los planos triangulares son de distintos materiales.
De la propia roca existente, de vegetación de distintos colores, de hormigón en las zonas en las que es necesario consolidar y de luz que reconstruyan su silueta en la noche.
Crear elementos de conexión entre el nivel superior y el inferior de modo que se pierda su condición de barrera.
Crear una plataforma horizontal que aproveche su condición de espacio alto en la ciudad.
Todos los elementos del proyecto son parte de esta topografía recreada, las escaleras, los lugares de estancia, las cabinas de aseos públicos. Todos comprendidos en una única maniobra de plegamiento.
Después del proyecto para el talud nos encargan el proyecto del área de la Plaza de Pau casals y de un área de juego de niños sobre una antigua subestación eléctrica.
Son zonas contiguas al talud y todas ellas tienen una fuerte pendiente.
La geometría se ha convertido en la regla de trabajo para el tratamiento de los espacios.
Seguimos utilizando los planos triangulares
En el área de juego de niños los planos son blandos, de césped, de goma, de flores. Tienen toboganes incorporados. La antigua subestación queda envuelta en un pliegue de lamas de madera que la convierte en parte de la topografía.
En la plaza de Pau Casals los pliegues envuelven un muro de contención y generan un espacio acotado por suaves pendientes donde había un cruce de viales. Planos vegetales entre los árboles existentes en la antigua mediana. Planos de hormigón coloreado. Planos de agua junto a los que sentarse.
Valoración
El talud de roca que suponía una barrera se convierte en un elemento de conexión: talladas en la roca-mediante los planos de distintos materiales- aparecen unas escaleras de pendiente muy tendida que conectan los dos niveles del barrio y que recogen un gran tránsito peatonal ya que son la alternativa a los recorridos existentes que rodean el talud, mucho más largos.
Aprovechamos la condición del lugar como punto alto de la ciudad para crear un mirador sobre Bilbao en una plataforma elevada que se ha convertido en espacio de estancia.
Eliminamos el antiguo cruce entre las avenidas de Pau Casals y Jesús Galíndez creando un espacio arbolado, en el que se replantan los tilos de gran porte preexistentes.
Sobre la antigua subestación eléctrica creamos un área de juego de niños, integrando la plataforma en una topografía artificial de planos vegetales y de pavimento flexible.
Todo ello convierte el talud de roca que suponía una barrera en la ciudad en un elemento de conexión, de estancia, de uso, y, por su escala, en una actuación paisajística que cualifica el espacio urbano del entorno.